lunes, 1 de junio de 2009

V.I.P. y R.I.P



A tenor del pifostio que hay montado entre los clubs de la ACB y la concesión de las plazas de Euroliga, quisiera plantear una pequeña reflexión sobre nuestra competición doméstica. No me cabe duda que la ACB es actualmente la mejor competición de Europa y, en mi modesta opinión, donde puede verse el baloncesto en su estado más puro. Hablo de la fusión entre talento, mentalidad, técnica y táctica. Es una competición dura, física y por momentos brillante. Sin la frescura de la NCAA y sin la espectacularidad de la NBA, en la ACB es donde actualmente cualquier aspirante a entrenador debe tener sus referencias más directas. Un claro reflejo de la competición y del tipo de jugadores que destacan en ella es nuestro equipo nacional.

Lo que sucede es que, a diferencia de las competiciones americanas, la estructura de la ACB fomenta la desigualdad. Y a mi modo de ver cada vez más. El binomio Madrid - Barcelona ya no domina con la claridad de antaño, es cierto. Ahora el pastel se lo reparten entre cuatro. Tau y Unicaja se han unido a la fiesta y, si bien el futuro seguira deparando alguna sorpresa, entre esos cuatro equipos se va a cortar el bacalao durante las proximas temporadas.

La diferencia económica es brutal. Solo hay que fijarse en el juego interior que presentan estos cuatro equipos (el madrid algo menos, pero imagino que el presidente que estrenan tomará cartas en el asunto). Son plantillas que estan a años luz del resto, que pueden permitirse frivolizar con la temporada regular, a sabiendas de que a la hora de la verdad, su acumulación de talento bruto dara los reditos suficientes para estar arriba. La alternativa de la cantera, esa Penya y ese Estu de antaño, ya no es suficiente para doblegar a esos cuatro.

Cuando otros equipos bregan por conseguir patrocinio y se dedican a escudriñar el basket mundial en busca de ese jugador desconocido que les de el plus de calidad necesario para competir contra ellos, los cuatro grandes pujan por los mejores jugadores de Europa. Antes eran dos, ahora son cuatro. La estabilidad económica que les proporcionan sus patrocinadores, unida por supuesto a la estructura de club que llevan desarrollando durante años (el madrid algo menos, pero imagino que el presidente que estrenan tomará cartas en el asunto), les permite estar varios peldaños por encima del resto. Entre ellos y los demás, tenemos a un Pamesa Valencia que, pudiendose agregar a este grupo, ha demostrado una gestión de club nefasta, con los humillantes resultados que se han visto en estos play offs. El Canarias rozó la epica, pero se vio superado por un equipo como Unicaja, con no menos de 10 jugadores capacitados para anotar más de 15 puntos y con una diferencia de centimetros insalvable.

Con todas estas obviedades solo quiero referirme a la postura de los clubs respecto a la Euroliga.
Los ingresos económicos que podria proporcionarles jugarla no serviran en ningun caso para subir esos escalones que les distancian de los cuatro grandes. Mientras empresas de seguros, marcas de leche y demás entidades, sean las que dan su nombre a los equipos, la diferencia va a estar ahí. Es así de triste. Aquí no hay Hawks, ni Bulls...hay Aceitunas Pérez y Seguros Gómez. Si la Euroliga del futuro se cierra (aberración absoluta a mi parecer, pero totalmente lícita), solo los proyectos capaces de garantizar estabilidad y continuidad seran viables para participar en ella.

A la cabeza me vienen el Salamanca, el Girona, el Obradoiro y otros clubs a los que los resultados deportivos no les han servido para obtener esa continuidad ni esa estabilidad que serian deseables. Pienso en el Estu, a los que su eterna politica de cantera a estado apunto de condenar al descenso. Y es que en la ACB actual, más de la mitad de los equipos pueden estar un año arriba y al siguiente descender...o incluso desaparecer. Lógico es que la Euroliga mire por sus intereses y los grandes clubs miren por los suyos. Esto es un negocio. Y para protestar con la energia y propiedad que lo estan haciendo algunos, primero deberian refrendar sus argumentos con resultados. Y luego ya veremos.

El doble rasero de ir de pobres cuando conviene y pretender comer en Maxim´s cuando otros comen, porque pueden, me parece estar un tanto lejos de la realidad. Tan lejos como queda aquel Manresa que nos maravillo a todos ganando la ACB. Con el presupuesto de siempre y con la profesionalidad de siempre. Con dos cojones. A dia de hoy eso se me antoja sencillamente imposible. Y la alternativa de implantar un tope salarial es directamente inconcebible. Esto no es Futbol. Por suerte y por desgracia para todos nosotros.