viernes, 15 de mayo de 2009

Be like Chuck



El pasado 9 de Mayo nos dejó Chuck Daly. En Febrero de éste mismo año le fué diagnosticado un cancer de páncreas y tres meses más tarde, Chuck ya no está. El hombre que se inventó los Bad Boys de Detroit y condujo la nave del auténtico Dream Team se ha marchado discretamente.

Cuando repasamos la lista de los grandes coach de la era moderna de la NBA, a muchos se nos olvida la figura de este mocetón de Pensilvania. Sin el glamour de Pat Riley o Phil Jackson, el estelar historial como jugador de Lenny Wilkens, o la marcada y dictatorial personalidad de Larry Brown (por citar algunos), Chuck Daly fue un hombre discreto, con un don especial para algo de lo que adolece la NBA del siglo XXI: la gestión de talento.

Con una habilidad sorprendente, Daly sabia sacar el máximo provecho de todo jugador que cayese en sus manos. Formado como entrenador en las ligas universitarias, fue asistente en los Sixers de toda una leyenda de las canchas y los banquillos como Billy Cunningham, y tras una fugaz experiencia como head coach en Cleveland, tomo el mando de la franquicia de Detroit, a la que condujo a las finales en tres ocasiones, ganando dos anillos consecutivos y sorprendiendo al mundo con unos implacables planteamientos defensivos.

La sombra de Daly esta presente en todos y cada uno de los jugadores de aquel mítico equipo de la Motown. Bien sea tutelando el talento bruto de una superestrella como Isiah Thomas, alentando el instinto de supervivencia de obreros cualificados como Bill Laimbeer, Rick Mahorn o John Salley, delegando en la seriedad y disciplina profesional de jugadores como Joe Dumars o Vinnie "Microondas" Johnson, reconvirtiendo en jugador de equipo a un anotador convulsivo como Mark Aguirre, confiando en la muñeca de seda de un gigante "sospechoso" como James Edwards o transmitiendo su legado ganador al más inesperado de sus pupilos. Ese peculiar Dennis Rodman, con una mano repleta de anillos. Cada jugador disponible era un arma que utilizar en los sistemas de Daly. Todos tenian un papel importante y la defensa era el nexo que les unia. Chuck se invento un equipo campeón donde otros solo hubiesen visto una banda de tipos de dudosa reputación.

Aunque el reconocimiento universal le llegó cuando fué designado entrenador del Dream Team que sento cátedra en Barcelona' 92, lo cierto es que el autentico genio baloncestístico de Daly se pone de manifiesto en su etapa con los Pistons. Su papel como trainer de aquel equipazo olímpico fue más psicologico que técnico. Me remito al articulo "Chuck Daly, un gigante". que ha escrito Ramón Trecet. Cuando los mayores hablan, los niños hemos de callar y escuchar.

Posteriormente Daly se incorporó a unos New Jersey Nets que se estaban revitalizando tras años de deambular por la NBA y por sus manos pasaron tres de los talentos más reseñables de la epoca, que por unas u otras circunstancias, terminaron sus trayectorias profesionales de un modo inesperado. Derrick Coleman y Kenny Anderson jamás llegaron a ser las figuras que prometian en sus primeros años. Y paradójicamente Drazen Petrovic comparte Hall of Fame con el que fue su entrenador. Desde ahora comparten tambien la inmortalidad de nuestros recuerdos.

La última experiencia en los banquillos del gran Chuck Daly fue el intento de reconstrucción de la franquicia de Orlando Magic, aun conmocionada por la marcha de Shaquille O' Neal a los Lakers. Por diversas circunstancias , el proyecto no llegó a cuajar y Daly se retira de los banquillos sin hacer ruido. Corria la temporada 1998 - 1999 y el nuevo milenio pronto haria su entrada en la NBA. La acelerada, impaciente y caprichosa nueva era. La época donde cuaquier chaval multimillonario pregona que su santo y seña es "be like Mike" y los entrenadores sonrien complacientes, alentando esas fantasias, mientras ven su jornal diario peligrar. Frente a esto solo se me ocurre una solución. Que la nueva camada de entrenadores se apliquen a ellos mismos la siguiente frase: Be like Chuck.

Aunque ya sabemos que todo se pega, menos la hermosura.

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